lunes, 7 de diciembre de 2009

¿Le han gustado los bombones, doctora?

Las relaciones sociales en Internet tienen connotaciones y consecuencias a las que no siempre estamos atentos. En general, los usuarios de redes sociales tienden a creer que reproducen en la red los usos y convenciones sociales existentes en el mundo real en el que llevamos millones de años desenvolviéndonos como especie. Pero no es así. O, por lo menos, no siempre es así y, para que lo sea, debemos actuar proactivamente y no, como en nuestra vida "real", simplemente dejar actuar a los modelos sociales tradicionales.


Todo esto viene a cuento de una noticia que me sorprendió el otro día. Reconozco que el titular era sugerente y me atrapó. Se publicó en el diario El Mundo y rezaba así: "Flirteos médicos vía Facebook". ¿Verdad que es difícil sustraerse a la tentación de leer la noticia? Pero la realidad no era tan frívola como parecía sugerirse y, una vez que se accedía a la página, el antetítulo y la entradilla de la misma ya anunciaban que no se trataba de una historia picante entre colegas de distinto sexo pues se anunciaba la alerta y preocupación existente en el Reino Unido sobre las consecuencias de que los médicos publiquen sus datos en Internet.


Uno de los problemas es que los pacientes están empezando a utilizar la información sobre los gustos y aficiones de los doctores(as) que ellos mismos publican en las redes sociales para, por ejemplo, regalarles las flores que les gustan o el libro de viajes en el que están interesadas, transcendiendo la estricta relación profesional entre ellos. Y el límite entre las atenciones con alguien al que un paciente le debe la vida y el acoso a veces es muy fino.


Pero no es este él único problema. El no tener correctamente configuradas las opciones de privacidad en el perfil de una red social puede llevar a los profesionales sanitarios a compartir información sobre los pacientes que, creyendo que están en un foro privado, atenta contra la ética y contra la intimidad y privacidad de estos pacientes. Como ejemplo baste señalar la creación de un foro llamado "Soy auxiliar de dentista y odio a los pacientes porque..." que fue cerrado tras generar un intenso debate.


Por lo tanto y como conclusión: la red constituye un nuevo espacio de relación con normas diferentes que todos debemos conocer antes de adentrarnos en él. El proceso no es muy diferente a la educación que todos recibimos desde que nacemos para saber cómo debemos comportarnos en sociedad. El problema es que tendemos a asimilar ambos entornos y al no ser conscientes de la especificidad del entorno virtual reproducimos patrones del mundo "real" que no son aplicables o funcionan en él de forma diferente.