Se acaba de celebrar en Pamplona el VIII Foro de Protección de Datos de Salud, organizado por la SEIS en colaboración con Navarra de Gestión para la Administración, S. A. (NGA) y, entre los muchos mensajes y conclusiones que podríamos extraer del mismo, quisiera comenzar fijándome en el requerimiento que hizo Jesús Rubí, Adjunto al Director de la AEPD, en su conferencia inaugural: ha llegado el momento de pasar del cumplimiento formal de la ley (en particular, de las medidas de seguridad) al cumplimiento real y material de las obligaciones que se imponen en la misma a los responsables de ficheros.

Además, el cumplimiento sustantivo debe contemplar la rigurosa puesta en marcha de las medidas establecidas en el documento de seguridad así como establecer procedimientos y mecanismos de comprobación del grado de cumplimiento de las mismas y de la implantación de las medidas correctoras necesarias. Todo ello en un proceso continuo de mejora basado en el clásico Círculo de Deming: planificación de las actuaciones, implantación de lo planificado, verificación de su funcionamiento y actuación sobre las deficiencias.
Ha llegado, pues, el momento de actuar, si no queremos que nuestros sistema sanitario quede expuesto a merced de los embates de los delincuentes, los aprovechados, los descuidados y los necios y, aunque las autoridades de protección de datos utilizan los medios a su alcance a través de mecanismos proactivos y reactivos, no pueden ser ellas las que se pongan manos a la obra. Corresponde a las administraciones públicas sanitarias y a los responsables de la sanidad privada ponerse, ya, ahora, manos a la obra y arreglar la situación.
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