Para cerrar esta serie sobre las conclusiones del VIII Foro de Protección de Datos de Salud quiero abordar uno de los temas que centró los debates del mismo: la seguridad como elemento de calidad y confianza en los sistemas de información sanitarios.
La generación de confianza entre los usuarios de la sanidad es un factor indispensable para avanzar en la implantación de las TIC en este sector. Y los tres elementos clásicos que componen la seguridad -esto es, confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información- son las premisas básicas para conseguir sistemas informáticos de salud fiables, actualizados y eficientes para el tratamiento y la asistencia de los pacientes que acuden a los distintos centros sanitarios.
Pero es, quizás, la confidencialidad de la información, esto es, que los datos solo sean accedidos por quien debe conocerlos y en el momento que resulta necesario utilizarlos, el aspecto más relevante o, al menos, el más determinante tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios, para conseguir una seguridad y confianza adecuadas por parte de todos los actores que intervienen en el tratamiento de la información sanitaria.
En este sentido, parece haber un claro consenso en que la tecnología necesaria para garantizar la confidencialidad y la seguridad existe y está disponible para todas las organizaciones y, al mismo tiempo, también es evidente que la tecnología por sí sola no es en absoluto suficiente. Y el reto está en conseguir que la información siempre esté disponible y actualizada cuando se requiera en cualquier acto asistencial pero de tal forma que existan los controles necesarios para evitar su acceso tanto por terceros no autorizados como por los profesionales sanitarios que no acrediten una razón válida para consultarla, exigiendo responsabilidades y aplicando las correspondientes medidas disciplinarias a los que violen la norma.
Estas o parecidas conclusiones fueron también el resultado del Foro de Debate sobre Seguridad de los Sistemas de Información Sanitarios que se celebró el pasado 31 de marzo en el Palacio de Congresos de Ávila en el marco de las Jornadas de e-Salud de Castilla y León, conclusiones que son perfectamente compatibles con los resultados del Estudio sobre la privacidad y la seguridad de los datos personales en el sector sanitario español que recientemente llevaron a cabo conjuntamente la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid (APDCM) y el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO).
Como resumen, se afirmó que la seguridad no se puede conseguir por medidas aisladas o por la mera implantación de herramientas técnicas sino que debe haber una conjunción entre tecnología, procesos, procedimientos y formación, tal y como expresó certeramente José Luis Solla.
Finalmente, como último punto de reflexión, debemos tener en cuenta que avanzamos de manera imparable en dos direcciones: la interoperabilidad de los sistemas sanitarios y la utilización del cloud computing para la oferta de soluciones accesibles y escalables, en muchas ocasiones formuladas no ya a las instituciones sanitarias, sino directamente a los pacientes. Y en estos dos ámbitos, la garantía de la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de la información es un elementos clave para poder asegurar que se resguardan debidamente los derechos de los ciudadanos cuyos datos se tratan e intercambian cada vez en mayor escala.
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