Nadie pensaría que una modesta máquina tan anticuada, con sus rodillitos, sus sistemas de tracción y succión, sus bandejitas de papel y sus ruiditos pre-TIC, tan poco cool, despreciada y destinada a la extinción cuando alcancemos la tierra prometida de la oficina sin papeles y la sociedad digital integral podría todavía, en un último estertor, aprovechando que ha sido dotada de elementos digitales para disimular su antigüedad, vengarse de aquellos que la abandonan revelando sus más íntimos secretos.
Todos estamos acostumbrados a tomar medidas cuando nos deshacemos de ordenadores u otros equipos digitales para que la información guardada en sus sistemas de almacenamiento sea destruida. Pero ¿nos hemos parado a pensar alguna vez que las "modernas" fotocopiadoras -de hecho, las fabricadas ¡desde 2002!- están equipadas con discos duros en los que se almacenan todas las copias que se realizan? ¿Y en que sería conveniente destruir esta información antes d e "entregarlas al chatarrero"?
Esto es lo que ha puesto de manifiesto una investigación de la CBS en un almacén de material de segunda mano donde esperaban para ser vendidas más de seis mil fotocopiadoras. ¿Se imaginan la fuente de información que podría ser una fotocopiadora del servicio de psiquiatría o de enfermedades infecciosas de un hospital? ¿La cantidad de historias clínicas que estarán almacenadas en sus discos duros? Los periodistas de la CBS han demostrado que comprar unas cuantas al azar y revisar sus discos con un programa forense de libre disposición bajado de Internet (de hecho, en algún caso, antes de analizar los discos ya se obtuvo información porque había papeles olvidados en una máquina ¡de la Unidad de Delitos Sexuales de una fuerza de policía!) es tan sencillo como comprar un frigorífico o una lavadora. En unas doce horas habían accedido a decenas de miles de documentos almacenados en los discos.
Y, sí, ya se lo habrán imaginado, la Ley de Murphy es inexorable: una de las máquinas procedía de una aseguradora de salud y su disco contenía un buen número de documentos de asistencia médica, incluyendo recetas, resultados de analíticas y diagnósticos de cáncer.
Por lo tanto, atención a la venganza de las fotocopiadoras. Cualquier equipo que realice funciones automatizadas en nuestros días contiene, con toda seguridad, dispositivos de almacenamiento permanente por lo que, antes de venderlo o deshacernos de él, debemos asegurarnos que esos datos han sido destruidos o borrados definitivamente, sin posibilidad de recuperación. Además de proteger la privacidad de aquellos cuyas vidas pasan por ellos también estaremos cumpliendo con las medidas que exige la legislación de protección de datos y nos ahorraremos quebraderos de cabeza.
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El servicio de destrucción de documentos confidenciales, ya es gratuito en Madrid.
ResponderEliminarEl reciclaje de papel, puede absorber el coste de este servicio, contribuyendo activamente a la protección de nuestro entorno.
Reciclajes Dolaf ofrece sus servicios de destrucción de documentación confidencial o con datos personales, de forma totalmente gratuita, para todo el material depositado en su planta de Madrid (C/Septiembre, 1). Esta destrucción de papel, se realiza en diminutas partículas normalizadas (DIN32757) de diámetro inferior a 30 mm. El proceso se lleva a cabo en presencia del interesado si así lo requiere, y finaliza con la emisión de un certificado por parte de la empresa, que incluye todos los datos relativos al servicio.
La correcta eliminación de los datos personales recogidos en cualquier soporte cuando se convierte en un residuo, es un aspecto crucial en el cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos, y del reglamento que la desarrolla. No en vano, la mayor parte de las sanciones impuestas por la Agencia Española de Protección de Datos –AEPD-, tienen su origen en la aparición de documentos residuales con información de este tipo (historiales clínicos, Currículos, expedientes judiciales…) en lugares impropios y al alcance de cualquiera. Toda documentación que contiene datos personales, en algún momento deja de ser de utilidad para su productor, y se convierte en un residuo que hay que eliminar, pero que contiene intacta toda la información original, a no ser que se proceda a su debida destrucción.
La valorización del material –PAPEL- mediante su reciclaje, implica además un gesto altamente respetuoso con el medio ambiente, reduciendo significativamente el impacto ambiental derivado de la fabricación de papel. Así pues, por cada tonelada de papel que reciclamos, reducimos unos 2m3 la ocupación en vertederos, reducimos las emisiones de CO2 en 900 Kgs., evitamos la tala de unos 13 árboles adultos, ahorramos140 litros de petróleo y ahorramos 50m3 de agua (fuente ASPAPEL).